‘Inside Out’, viaje al centro de la mente

Una crítica de @TRuibal




“¿Cómo funciona la mente humana? ¿Qué hay dentro de nuestra cabeza? ¿Por qué somos como somos?”. La insondable profundidad de nuestra psique es, sin duda, el mayor misterio sin resolver sobre nosotros mismos. Tenemos teorías, convenciones y pocos, muy pocos, hechos objetivos, un caos que la cinta que hoy nos ocupa reúne y llena de color (y de verosimilitud). La nueva película de Pixar‘Inside Out’, gran éxito de taquilla en Estados Unidos y recibida con entusiasmo en Cannes, tiene su semilla en el momento en el que la hija de su co-director, Peter Docter (Monstruos, S.A., Up), pasó al cumplir los 11 añosa ser una niña mucho más introvertida, como le sucede paralelamente en la cinta a la pequeña Riley, al mudarse de su idílica Minnesota natal a una gris jungla de asfalto como San Francisco.



Pero la travesía por los sentimientos y emociones de la niña comienza mucho antes; desde su nacimiento se nos presenta un cosmos mental que hace que Riley sea Riley, personificado en las cinco emociones primarias: Alegría, Tristeza, Asco, Ira y Miedo. Cada una de ellas toma el mando de su cabeza según las situaciones que se presentan, desarrollando así diferentes facetas de su personalidad. Así pues, y sin querer desvelar más detalles del argumento, la crisis emocional queRiley vive al verse sacudida su vida por la inesperada mudanza se traduce en su mundo interior al perderse Alegría y Tristeza en la profundidad de la mente de la joven, lejos de la “Central” desde la que gestionan sus emociones.

El estallido de la acción inicia una “aventura-para-volver-a-casa”, desarrollada en paralelo a los apuros que el resto de emociones pasan para lidiar con la difícil situación de Riley, formando un cuadro muy al estilo de Pixar, que aúna imaginación, un gran sentido del humor y entornos y personajes llenos de colorcon referencias a conceptos psicológicos: los sueños presentados como unos estudios de cine, el subconsciente como una cárcel… conceptos didácticos pero cargados de ironía y guiños al público adulto. Esa conjunción entre realidad y fantasía marca de la casa, que consigue llegar por igual a públicos de todas las edades.



Pero como en todas las grandes películas del estudio de animación, su ‘target’ real es el niño que todos llevamos dentro, y ahí reside la mayor genialidad de la cinta: apelar a esa figura y recordarnos de un modo muy melancólico lo que se queda en el camino cuando crecemos, la pérdida de la inocencia y la aceptación de la tristeza como proceso vital.

‘Inside Out’ es, en conclusión, un nuevo canto a la vida de Pixar, desgarrado pero lleno de vida,alegre pero lleno de morriña. Un golpe en la mesa de la productora, que desde ‘Up’ no nos brindaba una nueva propuesta a su altura y ahora nos deleita y sorprende de nuevo. ¿Es esta odisea por la mente humana la mejor película de la compañía? Juzguen ustedes, pero sin duda forma parte ya, junto a juguetes, peces, robots y globos, del particular Monte del Olimpo de Pixar.

Fiesta del Cine 2014 #1 – Les Garçons et Guillaume, à table!

Título: Les Garçons et Guillaume, à table!
Director: Guillaume Gallienne
Guión: Guillaume Gallienne (basado en su obra de teatro)
Fotografía: Glyn Speeckaert
Año: 2013
Duración: 85 min.
País: Francia
Productora: Coproducción Francia-Bélgica; Gaumont / LGM Films / Rectangle Productions / Banque Postale Image 4 / Canal+ / Ciné
Reparto: Guillaume Gallienne, Françoise Fabian, Yves Jaques, André Marcon, Diane Kruger, Nanou Garcia, Yvon Back, Pierre Derenne, Catherine Salviat, Reda Kateb
La obra de teatro en que se basa el filme de Guillaume Gallienne se estrenó en 2008 en el Théâtre de l’Ouest Parisien. El texto, autobiográfico, escrito e interpretado por el mismo Guillaume, ganó el premio Molières de teatro (una suerte de Premios Tony a la francesa) el año 2010, y este año pasado, que decidió llevarla a gran pantalla, fue la gran triunfadora en los premios de cine francés, arrebatándole a La vie d’Adèle, al Polanski de La Venus a la forrure, y a la aclamada L’inconnu du lac la estatuilla a la mejor película francesa de 2013.
A caballo entre el drama y la comedia, el filme de Galliennerelata las peripecias desde su edad más temprana (entiendo que empieza el filme que Guillaume no tiene ni 20 años) hasta la edad adulta. Durante el crecimiento del personaje y su desarrollo intelectual, el filme intenta comprender (tirando de tópico en algunas ocasiones) la identidad sexual de Guillaume, compleja y con la confusión propia de un adolescente. Pero, como todo en esta película, se trata des del amor y el respeto: el amor y el respeto de aquel que lo ha vivido en sus propias carnes, la ternura del hombre que mira para atrás y ve al chaval que una vez fue, aquel que puede ver en el pasado trágico la comedia simpática.
¡Y olé!
Guillaume, pero, habla de la necesidad de labrarse un camino propio, y la dificultad de dicha empresa, más difícil aún cuando la sociedad y la familia te llenan de etiquetas, como si fueran capaces de comprender lo que eres, piensas o sientes solo con mirarte, o a veces, sin haberte mirado. El cómico, nacido en el seno de una familia burguesa del corazón de Francia, interpreta durante toda la película el papel principal (insisto, autobiográfico) y el de su madre, y cumple ambos papeles a la perfección.
Les Garçons es, además, un filme eminentemente multicultural, pues la vida lleva a Guillaume a pasar un verano entero en España (en una ciudad limítrofe con Gibraltar), a un internado en Inglaterra, y a un balneario en Baviera: en todas las localizaciones, la comedia se fabrica a costa de la diferencia cultural, los juegos con el lenguaje, y, en última instancia, de humor físico. En ninguno de los casos, pero, se enfocan estas diferencias desde el desprecio o la crítica, sino des del amor y el cariño de aquel que ha vivido esa diversidad y ha saboreado el dulce néctar de la variedad en toda sociedad humana.
Fräulein, tráteme con cuidado…
Entre sonoras carcajadas, chascarrillos afrancesados y viajes de autoconocimiento, pero, se esconde un mensaje de amor a las mujeres, y más concretamente a las madres: las únicas mujeres a las que se ama inherentemente y durante toda la vida. Por desgracia, al final, Monsieur Gallienne se sobreexplica y se lo da todo masticado al espectador, tratándolo un poco como un necio sin capacidad de reflexión.
Lo mejor: la actuación de Gallienne, su capacidad cómica, un guión magnífico.
Lo peor: la sobreexplicación final del filme trata un poco como  tonto al espectador.

‘Jagten’, Vinterberg, y una sociedad podrida

Título: Jagten (The Hunt) (La caza)

Director: Thomas Vinterberg
Guión: Thomas Vinterberg y Tobias Lindholm
Fotografía: Nikolaj Egelund
Año: 2012
Duración: 111 min.
País: Dinamarca
Productora: Zentropa Entertainments
Reparto: Mads Mikkelsen, Thomas Bo Larsen, Annika Wedderkopp, Alexandra Rapaport, Anne Louise Hassing, Lars Ranthe, Lasse Fogelstrom, Susse Wold, Ole Dupont, Sebastian Bull Sarning
Mi conocimiento sobre la filmografía de Thomas Vinterberg empieza y acaba con su experimento (iniciado por él y von Trier) en el Dogma 95 con Festen (Celebración). Al menos antes del visionado de su nueva joya, Jagten. Ambas comparten características (la primera y más obvia es que en ambas uno de los actores principales es Thomas Bo Larsen), y hasta ciertos puntos del argumento, pero Jagten (la que nos ocupa) cuenta con una magnífica actuación de Mikkelsen, que le valió el premio al mejor actor del Festival de Cannes en 2012.
Lucas (Mikkelsen), profesor de guardería de cuarenta años ha pasado por un divorcio difícil. Poco a poco consigue recomponer su vida: encuentra una nueva novia, reconstruye su relación con su hijo adolescente Marcus, encuentra trabajo en otra guardería, sale de caza con sus amigos. Pero de golpe y porrazo, el comentario de una niña a las que da clase en la guardería se extenderá como un virus invisible tan terrible que Lucas se verá obligado a luchar por salvar su vida y su dignidad.

La película, de factura técnica impecable tanto en fotografía como en música, explora a una sociedad hipócrita: presuntamente cristiana y amante del prójimo, pero que en el momento de encontrar un chivo expiatorio, se atrincheran en un chisme difundido por una inocente niña. Los padres entienden como verdades absolutas los recuerdos inducidos de sus inocentes hijos, transformándoles en bolas de nieve que provocarán una avalancha que caerá justo encima del inocente Lucas. Un Lucas contenido y sutil, interpretado por el magnífico Mads Mikelsen, conmoviendo sólo con el brillar de sus cautivas lágrimas en unos tristes ojos: su contención dramática es magnética y encomiable. Todas las puertas se cierran para él, incluso algunas ventanas. El aislamiento frente a la entera comunidad que tiempo atrás le amaba y respetaba, se convierte en rabia interna, tristeza y malestar para Lucas.
Además, el guión de la película va algo más allá que su argumento para ahondar en el territorio de la mente del ser humano que se encuentra tras los límites de la verdad: allí donde la fe influye y afecta las actuaciones de cada persona frente a una afirmación irrefutable (y además en este caso, descabellada). Así, el juicio de un mal psicólogo infantil (que condiciona las respuestas de la pequeña Klara) junto al mal oficio de la directora de la guardería (que inicia un proceso de caza de brujas basándose en el mantra «los niños siempre dicen la verdad«) sentencian a un buen hombre bajo la tiranía de un pueblo hipócrita. La Duda se merienda a la Verdad y el resultado es devastador.

Parafraseando a Pablo Kurt en su crítica de American Beauty para Filmaffinity, ‘algo huele a podrido en Dinamarca‘. O más bien, algo huele a podrido en la raza humana. Porque en su nuevo trabajo, Vinterbergpone al aire todas y cada una de las miserias del alma humana. Jagten te arrastra, te vapulea, te carcome por dentro. Las palabras de los vecinos de Lucas, otrora amigos, calan hondo como si de afilados cuchillos se tratasen. Duele, pero al mismo tiempo, maravilla.
Lo mejor: la magnífica actuación de Mads, el dolor que atraviesa la pantalla, el final simbólico del filme.
Lo peor: que tenga la desgracia de competir en los Oscar con La Grande Bellezza.

La grande, grande, grande bellezza

Título: La grande Bellezza (La gran belleza)
Director: Paolo Sorrentino
Guión: Paolo Sorrentino, Umberto Contarello
Fotografía: Luca Bigazzi
Año: 2013
Duración: 142 min.
País: Italia
Productora: Coproducción Italia-Francia; Indigo Film / Medusa Film / Mediaset / Pathé / France 2 Cinéma / Babe Film / Canal+
Reparto: Toni Servillo, Carlo Verdone, Sabrina Ferilli, Serena Grandi, Isabella Ferrari, Giulia Di Quilio, Luca Marinelli, Giorgio Pasotti, Massimo Popolizio
Este año, el jurado de Cannes 2013 se olvidó de incluir entre sus películas premiadas esta nueva colaboración entre el realizador napolitano Paolo Sorrentino y el actor Toni Servillio, la película sobre la que ahora mismo me lanzo a opinar: La Grande Bellezza. Es quizás una apuesta tan arriesgada como también lo fue en esta edición Only God Forgives, por su hastío hacia la narrativa habitual, y su ardiente, intensa, y apasionada formalidad técnica. A lo mejor por eso ambas fueron evitadas en pro de La vie d’Adéle, más convencional en forma, pero mucho más arriesgada en fondo. Decisión más que respetable (y más cuando se trata de una hecha por el mismísimo Spielberg), pero de la que, lejos de compartir, rehúyo.
Jep Gambardella (Toni Servillio), cronista y vividor, echa una mirada atrás a su existencia poco después de cumplir los 65 años. Toda su vida ha girado en torno al éxito de su primera y única novela: desde entonces se ha relacionado con los círculos literarios y artísticos de la más alta esfera romana.
Ero destinato a la sensibilità. Ero destinato a diventare uno scrittore…
Prima-hermana de La Dolce Vitade Fellini, sucesora del magnetismo cómico de Woody Allen, reminiscente del Pasolini de Saló, y heredera del mantra (acuñado por P.T. Anderson) «se debe captar la atención del espectador durante los cinco primeros minutos», La Grande Bellezza es un viaje por la mente de un hombre que a sus 65 años de edad repara en el inexorable y nefasto avance del tiempo. Avance que esconde bajo kilos de botox, un frenesí imparable de fiestas, y una banda sonora en la que destaca el remix de uno de los grandes hits de Rafaella Carrá. Y eso dice mucho: la canción es la misma, sólo que se niega a crecer. Su alma intenta, con todos sus medios, resistirse a sucumbir ante la inminente (y definitiva) llegada de la decadencia mediante el fingimiento de la felicidad y el máximo exceso. Jep Gambardella (impecable e imperdible interpretación de Servillio) y sus compañeros nocturnos, todos ahijados de Roma, al igual que la canción (otrora símbolo de toda una generación), se refugian en la gloria de los tiempos ya pasados, e internamente se lamentan de lo que han perdido y les impide alcanzar una existencia plenamente satisfactoria, llevándolos a un deterioro anímico escondido bajo la superficialidad de las grandes y orgiásticas fiestas, y la hipocresía y máxima ostentación de las altas esferas. Al final, sólo al final, Jep logrará aceptar la realidad, y vivir en harmonía con ella.
… Ero destinato a diventare… Jep Gambardella.
Por si todo esto fuera poco, el escenario por el que deambulan sus viejos y deteriorados personajes no es otro que Roma, hogar de lo viejo y deteriorado (pero, igual que ellos, reformado). El escenario perfecto para este gran guiñol en el que se encuentran convertidas las vidas de todo el que rodea a nuestro protagonista, el rey de lo mundano. Un escenario retratado con, valga la redundancia, gran belleza por el director de fotografía de Luca Bigazzi.
Sorrentino nos habla de la imposibilidad de alcanzar o ni siquiera de rozar la «grande bellezza» en un mundo roto y superficial, y, paradójicamente, nos la muestra durante algo más de dos horas. Sorrentinonos habla del fin de la fiesta, y a la vez, del inicio de la más grande de todas. Sorrentino nos habla de todo, y de nada.

‘Only God Forgives’: Vacío experimento visual

Título: Only God Forgives (Sólo Dios perdona)
Director: Nicholas Winding Refn
Guión: Nicholas Winding Refn
Año: 2013
Fotografía: Larry Smith
Duración: 90 min.
País: Francia
Productora: Coproducción Francia-Dinamarca: Gaumont / Wild Bunch / Film i Väst / Bold Films
Reparto: Ryan Gosling, Kristin Scott-Thomas,Vithaya Pansringarm, Rhatha Phongam, Gordon Brown, Tom Burke, Sahajak Boonthanakit, Pitchawat Petchayahon, Charlie Ruedpokanon, Kovit Wattanakul, Wannisa Peungpa, Byron Gibson

‘Drive’ (2011), gran película protagonizada por Ryan Gosling, supuso el salto a la fama del director danés Nicolas Winding Refn, de ahí que su nueva película ‘Only God Forgives’, protagonizada también por Ryan Gosling, despertara tanta expectación. Pero si alguien buscaba algo parecido a ‘Drive’, que siga buscando, porque ‘Only God Forgives’ no tiene nada que ver con la anterior película de Winding Refn. No obstante, el director asegura que “'[‘Only God Forgives’] es en cierta manera una continuación del lenguaje [de ‘Drive’]”
‘Only God Forgives’ cuenta la historia de Julián, que dirige un club de boxeo en Tailandia que sirve de tapadera para el negocio de drogas. Billy, su hermano, asesina brutalmente a una joven prostituta, y éste, a su vez, también es asesinado como venganza por la muerte de la joven. Al enterarse de su muerte, la madre de Billy y Julián llega a Tailandia y exige a Julián que vengue a su hermano. Sin embargo, Julián en el fondo siente que la muerte de su hermano no es del todo injusta, y tiene un intenso debate interior.
Una de las cargantes escenas oníricas de tono rojizo

La película es básicamente una sucesión de escenas oníricas, y aunque muchos han destacado la belleza de estas imágenes, a mi me resultan, después de ver varias de estas escenas, cargantes y pesadas. En estas escenas hay muchas miradas que no van a ninguna parte, muchos silencios que no transmiten nada y un constante y por momentos irritante tono rojizo. Sin duda, un tratamiento del color novedoso y original, pero molesto  y pretencioso según mi humilde opinión. 
Y esa, era la parte buena, porque en la película no hay más. Ryan Gosling se pasea por Tailandia con la misma cara, sin ofrecer ninguna mueca, ni un atisbo de expresión.  No es como Ben Affleck en ‘Argo’ (Ben Affleck, 2012), que su inexpresividad era fruto de sus limitaciones como actor, aquí, la impasible expresión de Ryan Gosling, que ha demostrado ser capaz de realizar buenas interpretaciones como la ofrecida en ‘Los idus de marzo’ (George Clooney, 2011), parece responder a las directrices del director. El propio actor reconoció que el guión de ‘Only God Forgives’, también a cargo de Winding Refn,  es “la cosa más extraña que nunca he leído, y solo se vuelve aún más extraña.» La duda que surge, es, pudiendo interpretar personajes que le supongan un desafío como actor, como Gosling acepta el papel de un personaje que no muestra ningún tipo de emoción o expresión y que no dice mucho más de dos frases en toda la película. Probablemente, era el papel perfecto para Ben Affleck, que aquí habría firmado la mejor interpretación de su carrera.
Chang, de cortar brazos a cantar en el karaoke

Sin embargo, Ryan Gosling tampoco es el protagonista absoluto de la película, pues Chang (Vithaya Pansringarm) también se erige como un personaje importante en el film, con escenas importantes como las del karaoke que siguen después de alguna acción de dudosa moralidad del personaje y los enfrentamientos con Julián. Además, Kristin Scott Thomas lo hace bien intentando interpretar a la madre de Billy y Julián, aunque su personaje tampoco tenga mucho sentido.  
Mientras el director no se recrea en las cargantes escenas oníricas que constituyen su discutible experimento visual, somos testigos de una historia incapaz de transmitir ninguna emoción, sin posibilidad de conectar con ningún personaje ni de comprender sus motivaciones. Todo se convierte en falso, tedioso, sin ningún sentido, sin ningúna recompensa al final de la película que justifique el visionado del film. Esto, por supuesto, es la humilde opinión de quién firma esta crítica, porque habrá gente que amará esta película (aunque nunca pueda entender el porqué), de la misma manera que hay gente que la odie, entre los que no me encuentro, porque aunque no me ha gustado, se agradece el intento de hacer algo nuevo y personal aunque se quede en eso, en un intento. 

Por supuesto, y parafraseando a Groucho Marx, en Siempre en VO tenemos nuestras opiniones, pero si no te gustan también tenemos otras.